Estudiar y practicar el derecho no ha sido una tarea fácil para mí. Ha estado llena de sin sabores y frustraciones. Eso me hace recordar un texto que me gusta mucho de Duncan Kennedy: La educación legal como preparación para la jerarquía . Estudiando derecho en la universidad sentía cada vez más cómo esas grandes expectativas que tenía con él chocaban con los discursos tradicionales de lo jurídico. Simplemente tenía que aprender normas jurídicas organizadas en categorías y resolver problemas jurídicos a partir de ellas. Pero ¿Dónde quedaba la vida cotidiana? ¿Dónde quedaba la realidad que estaba allí afuera y exigía nuevos caminos? Oñati fue la entrada a la posibilidad de pensar el derecho de otra manera… fue el inicio de un camino que aún recorro y que no sé a dónde me va a llevar.
Escoger uno, me haría dejar por fuera tantas personas, lugares, olores, palabras, lecturas, momentos, risas, abrazos, llantos, tertulias, discusiones, trasnochadas, lluvias, nevadas, soles, montañas, caminatas, comidas… que prefiero no hacerlo