El Instituto Internacional de Sociología Jurídica de Oñati celebrará el jueves y viernes de esta semana un nuevo workshop, dedicado en esta ocasión a estudiar el cambio en la cultura penal que se ha producido desde mediados de los años 70. Los profesores Kjersti Ericsson (University of Oslo), Sverre Flaatten (Oslo Police University College) y Per Jørgen Ystehede (University of Oslo) serán los encargados de coordinar este seminario, que lleva por título “Penal welfarism - myths and realities?”
Los años que siguieron a la II Guerra Mundial se caracterizaron por un optimismo en el que se confiaba en la rehabilitación de los prisioneros y el tratamiento y la prevención de forma individualizada. En esta época se acuñó el término “penal welfarism” (Estado del bienestar penal), cuyo principio hegemónico se basaba en el ideal de la rehabilitación. Sin embargo, como ya apuntó David Garland en 2001 en su obra “La cultura del control”, el clima ideológico ha cambiado para fomentar sanciones punitivas de carácter severo. Desde entonces, la población encarcelada ha aumentado, tanto en Estados Unidos como en la mayoría de los países europeos.
Desde los años 70, el denominado “Estado del bienestar penal” ha sufrido un debilitamiento de su credibilidad y prestigio, y ha pasado a percibirse como un paradigma obsoleto. Como consecuencia de este cambio, han vuelto las sanciones disciplinarias, la puesta en valor de la víctima, el énfasis en la protección del público, la politización y un nuevo populismo. Hoy en día, las penas de prisión y las consecuentes medidas de justicia penal son la forma principal de control de sectores de población marginalizada, que no resulta útil para el mercado laboral.
El objetivo de los 16 expertos procedentes de Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Noruega y Suecia que se van a dar cita durante dos días en la Antigua Universidad de Oñati es conocer con detalle este Estado del bienestar penal. Pretenden comprobar si la situación hasta los años 70 era realmente muy diferente de la que vivimos hoy en día, y establecer cuáles son sus diferencias y qué aspectos continúan vigentes hoy en día.
Mientras que fueron expertos profesionales los que instauraron el Estado del bienestar penal, han sido políticos los que han diseñado la política penal actual, intentado adaptarla a los sentimientos dominantes de la población, influenciada en gran medida por los medios de comunicación. Existe la creencia entre investigadores, abogados y políticos de que las penas rigurosas crean tantos problemas como los que solucionan. Por eso, los organizadores del workshop quieren conocer los cambios que es necesario realizar en la política penal. Para ello, pretenden determinar si todavía es posible rescatar ideas y prácticas del Estado del bienestar penal, o, por el contrario, se deben buscar soluciones a los problemas actuales en otro lugar, por tratarse de una ideología obsoleta.